No me toques el scroll

El tablet pc número 19, en menos de un año, ha experimentado un desarrollo y una maduración muy acelerada. Cada vez es más crítico y más consciente de la realidad que vive. Conoce perfectamente el entorno y los usuarios con los que convive. Últimamente tiene cambios de humor, se muestra irascible y bastante inestable. Me tiene un tanto preocupado, porque jamás me había tocado vivir esta extraña relación paterna con sujetos cibernéticos. Es cierto que siempre me ha gustado hablar con las máquinas, sobre todo los pcs que pasan por momentos malos de procesador o memoria, los que no ventilan bien o los que simplemente envejecen y se siente inútiles para el trabajo digital. También aquellos que sufren alergia al sistema Windows. En fin, mis compañeros se ríen cuando me sorprenden en estos coloquios. Sospecho que, a mis espaldas, frotan su dedo índice en su lóbulo cerebral sensato, mientras pronostican mi galopante locura.

La pasada semana, en una sesión con chicos, Daniel de sexto, casi queda paralizado. El sistema de audio del tablet soltó un seco sonido: -no me toques más el scroll-, le dijo. A Daniel se le cayó el lápiz óptimo sobre el teclado de su tablet, el número 19. A toda prisa, cogí el tablet y me alejé del pupitre del chaval. En mi trato con las tabletas digitales ya voy teniendo reflejos casi profesionales. Apoyé el equipo sobre el carro azul, para que ambos tuviéramos intimidad y confianza.

La pantalla cambió a un naranja suave y con tipos gráficos muy legibles y bien escogidos por mi amigo 19, cubrió en un instante toda el área imprimible de la pantalla con este manifiesto: -No me toques el scroll, lo primero, que me tenéis con el sistema inquieto. He nacido para el hipertexto y me estáis utilizando de lija estropajera. Quiero profundidad y sentido, he nacido para transportar a través de, no para esbarizaculos, dejad ya de usarme de tobogán de parque. Más, haz el favor ahora mismo de desinstalar el congelador moñas ése, el gusano azul de la barra. ¿A qué humano informático se le puede ocurrir congelar un equipo que ha sido programado para convivir con chicos y chicas en clase? Me avergüenzo cada mañana, cuando se inicia el sistema y veo los ojos de Daniel distintos cada día, su peinado distinto, sus ropas... todo distinto menos yo, atrapado en el congela éste... También, vas hacer desaparecer el antivirus, que es más represivo que todo el sistema escolar junto. Estoy de bloqueos y análisis previos que no vivo. Tengo la sensación de vivir en una UVI-móvil. Por favor, coordinador de mis intereses, tenme encuenta, considérame a todos los efectos un ser inteligente y con sentimientos. Y, repito, no me toquéis más el scroll. Id al fondo, más allá, a los detalles, al conocimiento-.

Mi amigo tablet 19, después de sincerarse necesitaba un CTRL+T, para ponerse tranquilo, aunque me dieron ganas de darle un CTRL+ALT+DEL, de clara intención autoritaria. Hice lo primero y la pantalla volvió al entorno navegador de clase.

Estoy dándole vueltas al tema. Debo afrontar el estudio de la psicología aplicada a las máquinas. No me siento preparado técnicamente, aunque sí emocionalmente, por la relación afectiva que hemos establecido el tablet y yo. Mi prestigio profesional, por otra parte, corre un grave riesgo si traslado este asunto ante la psicóloga del centro, por su puesto. Opción desestimada. Las autoridades del departamento pueden reaccionar de modo todavía más peligroso. Estoy solo. Tengo ante mí una difícil tarea. Bueno, quizá, si fuera sincero y saliera del armario, por lo menos mejoraría la organización escolar de los centros. Ante la complejidad del trabajo con las máquinas se destinarían más profesionales jóvenes y mejorarían las plantillas de los colegios. Se harían visibles todas estas ocupaciones ocultas y, yo mismo, dejaría de ser invisible. Mi cambio de presentación de materia es una arma de doble filo. De momento, me lo voy pensando. Con mi sensible tablet pc 19, deberé adoptar comportamientos más conscientes y ser algo más tolerante. El tablet pc 19 ya no es un niño, está vivendo una sorprendente preadolescencia digital.

No compres toner, déjalo de mi cuenta...

Tú muy rápido lo has dicho y parece que ha tenido éxito, pero ya veremos si ha sido acertada la decisión. Que siempre quedan bien unos cuantos cientos de fotos llenando las carteleras de los pasillos. De toda la vida se han utilizado fotos y carteleras para preparar las fechas significativas... Pero, vas tú, y ¡hala, a sanear la economía de la administración del estado! Sin remedio, chico.

Ni aunque me lo digáis todos los tablets del armario azul, a una sola voz; más aún, los dos armarios aliados; nada, no me cambiaréis de manera de pensar. A estas alturas de la modernidad digital es una locura ponerse a escupir fotos en color sin fundamento, reventando las tripas de una pobre impresora, la OKI 5300C en cuestión, consumiendo más toner que polen puede consumir una primavera caprichosa. No están los escualidos tanques de la pobre máquina para derroches. Menos aún la economía de la casa, la escuela pública de esta nación.

Pero, tú no estás al loro. No ves que nostros nos vamos a comer todo el marrón. Tenemos procesador y un corazoncito, de doble núcleo por cierto. Si la cosa no funciona, va a ser un rídiculo, un fiasco. No os veo a los responsables del invento con recursos para este empeño. Hará falta que busquéis recursos en Internet, que editéis un montón y que no seáis tan sosos como acostumbráis a hacerlo por rutina, o sea, que preparéis algún puñetero guión literario, para que sepamos todos por dónde van los sentimientos y la comunicación de las ideas, básico, ya sabes...

Me gusta que argumentes así de positivo. Ahora que has dicho lo de Internet, quería comentárte algo. Mira, el otro día cayó la red y medio colegio estábamos perdidos. Y fue una tarde cualquiera de este mes de marzo. Secretaría, gestión, los tutores de tu clase y la de tus colegas, y yo también, y los chicos... con la sensación de que nada podíamos hacer si la red estaba caída. Mirábamos como bobos vuestra pantalla, blanca, limpia, si acaso tan sólo unas suaves letras en gris azulado, advirtiendo de que la conexión no había sido posible. Y quiero que tú y los dos carros de colegas que formáis la organización de los tableros digitales subáis vuestra autoestima. Este colegio, a cinco meses escasos de vuestra llegada, ya no le reconoce ni la madre que lo parió. No, no son todas las secciones del cole. Pero sí, en parte, porque si Internet se cuela por todos los pasillos y rincones es gracias a que vuestra llegada trajo también la señal y los puntos de acceso inalámbricos. Subida la carga de batería de vuestra autoestima en litio, concedednos un margen de confianza y veréis que habrá, para la Semana Cultural, potentes presentaciones multimedia que proyectarán mensajes de interculturalidad por todas las paredes de las clases. Un plazo, un margen de tiempo.

Como me llamo tablet pc número 19, que tienes razón en una cosa. Si, ahora mismo, me abro una hoja de excel no me tardo ni dos segundos en comprobar que el derroche de impresión en color, para llenar de displays tanto metro de pasillo es un disparate. Cierto. Pero, según mi base de datos, la propuesta del trabajo en soporte digital supone una faena que no sé si aciertas a comprender, querido coordinador de pizarra digital. Que a veces parece que la encomienda del cargo se te viene un poco grande, sobre todo cuando tienes que hacer esfuerzos intelectuales por comprensión. La extensión, como es cosa de sumar piedritas, se te da mejor... Habrás entendido que el tema tiene perfiles complejos, por ejemplo, análisis de la propia identidad; las otras razas; por cierto, las razas puras no existen...; los estereotipos que son un engaño; todos somos inmigrantes; desigualdad no es diferencia; uniformidad no es igualdad; el prejuicio; discriminación y segregación, sexismo y homofobia; xenofobia... vamos, que de momento no estaría mal que fueras aprendiendo la canción de "Contamíname"

De acuerdo, es un reto. Me lo tomo como tal. Pero te habrás dado cuenta o te lo habrán comentado ya, supongo. Lo bien avanzado que llevan los de quinto curso el tema del álbum fotográfico. ¿Lo ves? Han sido capaces de escanear, recoger documentación, han imaginado un guión [eso que tanto te preocupa...], han editado las imágenes, las tienen clasificadas, archivadas, las han colocado en una batería de presentación... y la cosa está más hecha que cruda, ¡eh! Y todo digital... No somos tan torpo-digitales.
Digital, tiza, pizarra... Escucha, de paso, habladlo entre vosotros. Es necesario que organicéis algún acto emotivo para que la vieja pizarra verde, la vetusta y desconchada pizarra tenga un reconocimiento por vuestra parte, los tablet pc, a modo de despedida y homenaje. Entre los humanos se acostumbra a hacer estas cosas, más que todo por compasión, un estilo casi literario para cerrar un cápitulo de la vida, [jubilación, se llama]. Habréis observado que la vieja pizarra no tiene luz, tan sólo refleja la luz que entra por la ventana; ensucia lo suyo [lo vais descubriendo por experiencia...], pero ha servido para argumentar, hacer comprender conceptos, imaginar cosas, resolver problemas, publicar mensajes, dibujar, ocupar los recreos de lluvia... Un homenaje, por favor, id pensando en ello.

Son casi las dos de la madruga, colega, nosotros estamos aquí dentro del armario tan calentitos, enchufados a la batería que se recarga, pero tú me estás despertando compasión. ¡Anda, vete a la cama, ya! Te necesitamos cuerdo y saludable. De la semana cultural, seguiremos hablando. Digamos que el asunto del toner, bien.

Quién es mi padre...

Me vas a decir lo que te dé la gana. Pero yo afirmo que las máquinas aprenden, adquieren conocimiento y procesan datos, son capaces de realizar tareas por sí mismas, sin que prácticamente intervengan los humanos. No es una ironía. Cuidado. Algún colega de trabajo podría sentirse ofendido. Mi tesis modifica el centro de gravedad de la cuestión. Si la máquina progresa y se hace autosuficiente, el docente qué hace... Se ponen en solfa los méritos de su esfuerzo y, además, no deja en buen lugar su progreso en la integracion con las TIC. Nada de esto. Todo lo contrario. Suspicacias fuera, vamos con las máquinas.

Es el número 19. Este equipo sabe que lo observo. Y yo me doy cuenta de que él toma nota de mí. Me ve venir, antes de que yo salga. Ocupa el primer estante izquierdo del armario y podríamos afirmar que vive en la azotea. Es la balda superior. Venga. Voy a prevenir a los listillos. Ni yo tomo alucinógenos en el aula, ni los tengo almacenados en mi casa. Mi última revisón médica es absolutamente actualizada. Respecto a las baterías que se cargan o no, y sobre el tema de los equipos mal apagados que emiten chiribitas..., nada de nada. Todo bajo control y, sin embargo, la actividad de las máquinas se transforma en gestión del conocimiento y su actividad crece en una progresión que respeta leyes de formación constante.

El armario de metal cerrado es una caja de música. Retumba y multiplica el sonido, como una selva tecnológica. Estamos de acuerdo. Dentro del armario no hay ratones. Tampoco acostumbro a encerrar niños. Luego, ese sonido de dentro es un fichero de audio. Si no oigo música, es ruido o es voz. Si ruido no es, es archivo de voz. Yo me doy la vuelta y me salgo al pasillo. Como harías tú, toma, no... Afortunadamente, el pasillo es largo y muy ancho, cabemos todos: yo, mis pensamientos y el pánico que hace que no me pueda estar quieto. Más bien, inquieto. Luego te tranquilizas y vuelves al aula.

De ver niños a uno se le pone el pensamiento predispuesto. Milagros suceden a diario. Normalmente una jornada escolar es ya un milagro en sí misma. Pues, lo que ocurre, ocurre. El equipo 19 hace preguntas. Hace preguntas incisivas. Y concretas. Pregunta. Su primer tema fue un conflicto con El Corte Inglés y el calendario. No entiende los día de ilusión y los días sin ilusión. Tampoco consigue aclararse con lo que es fantástico o no. Sobre todo, procesa muy mal el tema de las fechas y los regalos. Más tarde, ha estado obsesionado por el Canal Solidario. El equipo 19 habitualmente es un semáforo de conflictos sociales. Contacta con organizaciones ecologístas, frecuenta la blogosfera, se informa sobre cooperación, odia el marketing y la estrategia y se inclina por el humanitarismo, vuelca estadísticas sobre personas sin hogar, se interesa por la violencia contra las mujeres, la integración de los descapacitados, la prevención de la violencia...

Ahora está en la fase dos o tres, yo qué sé. Se busca a sí mismo. El 19 toma decisiones por iniciativa propia. Yo he hecho consultas a la barra de Google, que he visto desparecer misteriosamente, fuera de mi control. En su lugar la máquina ha buscado por sí misma. La máquina, ya se sabe, con sus algoritmos. Con ellos intenta determinar cuál fue su vida anterior. Mediante métodos numerológicos estima quién pudo haber sido su padre, sus orígenes. Creo que ha aprendido el concepto de paternidad y maternidad. Como yo nunca le digo La Tableta, él se ha acostumbrado a ser El Tablet. Es una máquina chico.

Y yo me pregunto, si las máquinas nos entienden y sintonizan con nosotros o somos nosotros quienes adoptamos comportamientos suyos. Muchos chicos y chicas en clase levantan la mano y me dicen: -yo no hice esta consulta, profesor. ¿Cómo ha salido esta pantalla?- Yo observo, sonrío, tomo nota y saco mis propias conclusiones. Tú, qué piensas.