A mí me empieza a fallar la batería...

Justo cuando la administración comienza a descubrir que la integración de las tic requiere atención de personal, mantenimiento y seguimiento, responsables de documentación y de desarrollo de software educativo inteligente; justo en este momento, mira qué mala pata, va y me empieza a fallar la batería...

Tengo la sospecha de que esto no me ocurre por mala intención de las cosas inanimadas que me rodean, qué va... Este fatum que me maneja y acompaña siempre es así y no tiene vuelta de hoja. No podían suceder las cosas de otra manera porque todo ha de ser como es, jodidamente intenso y consciente.

A mi tablet pc 19 le empieza a suceder otro tanto. Su tecnología y yo estamos hermanados. La gestión del conocimiento nos ha unido desde el primer momento. Él me confiesa que no le falla la carga de la batería porque tenga problemas en la gestión de sus procesos o puertos. Más bien está asustado de lo que ve fuera, en la red. A mi me pasa otro tanto.

Y es que llevamos ya unos cuantos añitos en la tarea de la integración de las tic en la escuela. Y no se mueve una sola pieza en lo que se refiere a la organización, planificación y aplicación de un plan de trabajo. Me refiero a una intervención vertical. Las autoridades educativa, sí, ellas tendrían que tener un plan más que visible, claro, manifiesto... En cambio, todo está depositado en el dejar hacer. O permitir que no se haga nada. O derrochar millones sin sentido. O quemar la voluntad de los ciudadanos y echar a la basura el entusiasmo de tantos profesores y profesoras.

Muchos de los responsables de tic en los centros sabemos que lo somos, porque allá por el mes de junio, al finalizar el curso, suele recibirse un carta con un párrafo modelo, de cuatro o cinco líneas, en el que se elogia la inestimable labor del coordinador tic de centro; y se anima a seguir en tan loable misión. Suena a ong de rancio sabor, demasiado afectada de caridad y poco de inteligencia... Más o menos, hagan usted lo que les venga en suerte; deseando, eso sí, que ésta sea lo más profesional posible, a la vez que ética.

Nada se dice de modificar la planificación curricular a nivel administrativo autonómico o nacional. Nada de intervenir en el mercado editorial. Nada en lo que se refiere a la producción de materiales educativos digitales. Ninguna modificación de los criterios de evaluación. Ausencia total de coordinación internivelar; las enseñanzas de primaria pueden hacer o deshacer y las de secundaria pueden estar absolutamente en contra de tales iniciativas. En medio, los chicos y chicas, a recibir bofetadas. Nada en la formación del profesorado. Hablamos de una formación eficaz, comprobada, estimada según créditos de referencia; no la fácil justificación en la red de CPRs.

Para mi tablet pc 19 y para mí ésta es la realidad exterior. La conciencia del problema es la te cuento. Y más que te podía contar. No hablo de las consecuencias que tal política irresponsable acarrea en la vida diaria escolar. Y en tal estado de cosas, comprenderás que las baterías no dan para una respuestay se descarguen; mitad susto, mitad impotencia.

La escuela invertida o la condición de la invisibilidad

Adoro este mundo invertido. La inversión es un concepto que está de moda. El Corte Inglés practica la inversión. No vamos a discutir que sus delegaciones comerciales siempre han sabido estar a la moda. Es parte de su identidad como producto de mercado. Esta cadena comercial, si lo habéis observado, construye sus centros comerciales siguiendo un criterio invertido. Tú puedes ascender por sus mecanismos automáticos tantas plantas o niveles como puedes descender. Sobre un modelo en pequeña escala, el edificio sería un ejemplo del modelo de mundo en que vivimos, un mundo invertido. Tantas plantas asciende en vertical hacia el cielo, como tantas se clavan en el suelo...

No es sólo el Corte Inglés. Los santones canosos de la supervivencia se publicitan por la tele, ofreciéndonos las ventajas de la inversión corporal. Muestran orgullosos su certificado de nacimiento, con una insultante vitalidad, con un cuerpo asíncrono y vigoroso. ¿Cuál es el secreto? La inversión. Un cuerpo humano que imita la posición de reposo de un murciélago se beneficia de todas las ventajas de la inversión.

Sólo tienes que comprarte el ventajoso artilugio, calidad triple acero, testado en los más exigentes estándares de calidad. Ya has entendido que colocarse en posición de murciélago no te puede salir gratis, por el morro... Te va a costar una pasta, pero con tu cuerpo invertido, el mundo se proyectará en una nueva perspectiva, gracias a la expansión de tus vértebras y cartílagos.

Son las ventajas de un mundo invertido. Serás todo flexibilidad, fortalecerás esos tejidos que se ablandan con el paso de los años y tu rostro maduro será atractivo para el género femenino o masculino, según tendencia. El folleto de instrucciones no lo cuenta todo; no habla, por ejemplo, de nuestro comportamiento, de lo conveniente que resulta que nuestras intransigentes posturas se ablanden y suavicen con el paso de los años. La rigidez no siempre es buena...

A la escuela también ha llegado la inversión, o nunca ha dejado de estar en ella, según experiencia en el oficio. Soy portador de ese factor. En mi cuerpo de maestro nacional me siento vivamente consciente de la presencia de la inversión. Ya no hablo de intuición, hablo de certeza. No soy el único. He mantenido charlas con viejos maestros que me cuentan que también han sentido parecidos síntomas, aunque de manera más latente.

Siento un profundo desánimo. Tengo noticias de que los estudios arquitectónicos de la administración, para las nuevas edificaciones escolares del siglo XXI, no van a alterar mucho los viejos planos de construcción del XX, salvo mírame al norte o al sur, al este o al oeste. Por favor, desde ya propongo que se estalbezcan planes de colaboración con el modelo Corte Inglés, para que nuestras escuelas, tanto suban al cielo como desciendan bajo el suelo.

¿Por qué una escuela invertida para nuestros días? Porque en el seno de la escuela de hoy se ha generado la existencia de una escuela invisible, no perceptible a la administración, pero necesaria para afrontar la educación en la sociedad moderna en que vivimos. La nueva escuela invisible ha generado ya un volumen de actividad y de tareas ocultas que es, por lo menos, simétrico al volumen del edificio visible, el de la escuela oficial. Es un proyecto de escuela que no oculta su currículo, pero que resulta invisible para los detectores oficiales de la administración.

Esta nueva escuela invisible demanda un espacio donde ubicarse. ¿De qué escuela estamos hablando? Es una escuela de la que no se libra nadie. Empecemos por los equipos directivos, que hacen trabajo a la luz de la luna, se ven comprometidos en tareas de gestión de conocimiento que escapa a su propio perfil, nada que ver con las señas de identidad que la administración establece para esos cargos de responsabilidad. Son personas que deben establecer planes de salud mental con los facultativos del seguro médico. ¿Y lo docentes de nivel clase? Los responsables directos de la educación en el aula deben tensar su formación entre la imprenta y la nueva sociedad, la que se expresa en soportes digitales.

Pero nadie aporta un criterio que asiente las bases de la nueva escuela, la que debe convivir con la nueva sociedad del conocimiento. Los criterios de calidad de la vieja escuela están basados en modelos de fabricación obsoletos, mientras la sociedad se mueve diseñando vehículos que juegan con la velocidad y la tecnología. La respuesta está en la inversión. Hemos de afrontar un plan de construcción de nuevas escuelas que contemplen la inversión arquitectónica. Urge hablar con el Corte Inglés.

En la escuela de hoy existe un volumen de proyectos que son totalmente ocultos e invisible. Los nuevos retos de la escuela no pueden ser visibles, porque la administración no está preparada para sintonizar con la identidad de la nueva escuela. Ésta demanda nuevos perfiles profesionales, más recursos materiales y humanos, criterios de calidad y de rentabilidad completamente alejados de los actualmente vigentes. ¿Pueden convivir estas dos escuelas en un mismo cuerpo? No, no es posible. Una escuela es totalmente invisible.

En conclusión, es necesario introducir el novísimo modelo de la inversión, confiar en sus virtudes, apostar por esta nueva tendencia. No puede ser que el Corte Inglés se equivoque en todas sus delegaciones y persista en el error... La primera bondad de una escuela invertida sería la dimensión física, es decir, nos aportaría la certeza de su existencia, de ocupar un espacio que es tanto como propiciar la visibilidad de la que ahora carece.

En ella tendrían cabida los currículos ocultos. En sus diferentes plantas se ubicarían los contenidos del conocimiento; las bases de datos y gestión; la información y su tratamiento; la imagen animada y fija, como nuevo recurso de descripción y expresión que sucede al periodo de la palabra escrita; la infografía y las nuevas estrategias de comprensión y aprendizaje; potentes talleres de la nueva alfabetización digital; la gestión de los recursos informáticos; el departamento de actualización de sus servicios sociales; los equipos expertos en evaluación y calidad de productos; la investigación y el desarrollo de nuevos proyectos; la gestión de personal y la fidelización de los equipos humanos... El espacio destinado a dar visibilidad a una escuela invertida.

Para todos mis colegas, en memoria...

Para mis colegas, los mecánico chapuceros de las TIC, llámese eufemísticamente coordinador TIC, responsable de nuevas tecnologías..., cualquier cosa que tenga que ver con toneladas de ingenuidad, voluntarismo y cierta capacidad para adquirir el estado de materia invisible.

Leo frecuentemente testimonios de compañeros de diferentes comunidades autónomas. También desde el otro lado del atlántico, desde la comunidad iberoamericana. En todos los casos, la decidida personalidad vocacional de los implicados solventa todas las situaciones comprometidas que se viven en la escuela de hoy.

La dirección del centro y la secretaría deben estar conectadas a la red.
Lo exigen los tiempos en que vivimos. Eso sí, sin ningún tipo de antivirus de fiar, con sistemas que han surgido al azar, caprichosamente, caóticamente...; sin herramientas que faciliten copias de seguridad, da igual lo que pase. Una vez se produzca el desastre, las manos en la cabeza y alguna exclamación al caso serán suficientes para dar un homenaje al fiasco. Ahí está el chapucero educativo para solventar el problema. Es igual que ahora tenga clase, que su horario se ajuste o no. El fontanero electrónico sabrá dar una respuesta a la altura de las circunstancias (no imaginar esta magnitud muy elevada...)

Pero esto no es nada, son sólo cuatro equipos insignificantes. Tú podrás valorar la verdadera feria de los disparates en cuanto te explique que el colegio tiene muchas aulas, muchos espacios y rincones. En cada uno, un equipo. Para que el festival sea brillante has de imaginar tecnología en estado de extinción, vieja, de anterior anterior generación. Más, para facilitar las cosas. Y cada equipo hijo de su casualidad, ninguno parecido, no sea que se te ocurra generar una imagen para facilitar las cosas...

Esto es la escuela de nuestros días. En la acera de enfrente, el charcutero o el albañil ya se han puesto al día y tienen conexión ADSL para sus negocios. Nuestros chicos, en sus casas, también. Pero la institución responsable de la instrucción y educación de este país todavía no ha entendido el mensaje. Es necesaria una intervención vertical. No podemos dejar que cada cual campe a sus anchas, sin ningún criterio de lo que queremos conseguir. Ninguna multinacional del motor deja que sus empleados fabriquen los coches a capricho, con dos o tres puertas, o una rueda de más, según el día, la capacidad o competencia o el estado emocional de sus empleados.

En nuestra secreta sociedad, la de los chapuceros y fontaneros de la tecnología escolar, sí. Nosotros tenemos la posibilidad de poner a prueba todos estos disparates juntos. Abrimos las tripas de una impresora, llamamos a cualquier servicio técnico, contratamos o tomamos decisiones de compra, abrimos y cerramos pcs con la misma agilidad que un cirujano, realizamos informes sobre software educativo, formamos a los compañeros en temas de competencia tecnológica y en informática educativa, realizamos aplicaciones educativas, mantenemos sistemas informáticos, llenamos de contenido publicaciones digitales, editamos vídeos, realizamos presentaciones, instalamos y desintalamos, formateamos y limpiamos de gusanos los pobres discos, más blandos que duros...

Realizamos horas por un tubo, entramos antes y salimos más tarde, en nuestra vida particular se confunden las realidades, sólo somos capaces de leer tutoriales y manuales introductorios, nos colgamos de foros en la red en busca de soluciones a miles de problemas, somos enfermizos responsables de todo lo que sale... Pero, por lo que se ve, la administración no se da por enterada. Somos, definitivamente, invisibles, transparentes. Nuestro trabajo es un desempeño oculto.

Y dónde queda nuestra pobre educación social y emocional... Nada, incapaces de degustar un buen libro que no suene a tutorial mal traducido. Rodeados de inmediatos y urgentes temas que abordar. Nuestra vida intelectual sólo responde a estímulos electrónicos de bajo voltaje. Nuestros pobres ojos enrojecen y se vuelven torpes. A fuerza de no ver más allá de la pantalla, terminamos por asimilar que somos invisibles y que la administración no nos ve, porque nosotros no vemos fuera de las reducidas pulgadas del monitor. Una generación de docentes quemados por falta de competencia de las autoridades educativas que debieran de haber intervenido verticalmente y con criterio y profesionalidad. Estamos de las dichosas buenas prácticas y de vayan ustedes haciendo... hasta la secreción interna de las gónadas de nuestras entretelas.

Como una rama de canela en un armario azul

Estamos al inicio de un nuevo curso. Todo el verano buscando la sombra. Al sol, lo justito, bajo prescripción médica. Media jornada en el agua y media en tierra, algo así como un anfibio cecilia, sin extremidades y cuerpo vermiforme... Todo sea por el trabajo intelectual inverso. Es decir, inmerso en un proceso galopante de alopecia de mi intelecto, en un esforzado trabajo de entrenamiento de la memoria para olvidar. Así que para estas fechas, al viento se han ido mis proyectos, mis afectos y mis enemigos, mis compromisos... todo en el verano.

Ahora puedo mirar de nuevo, con mirada azul y transparente, los viejos armarios que custodian los tablet pc de mi colegio. Han sido dos meses y días sin un usuario, más de setenta días sin que nadie haya abierto el pequeño llavín. Inicio de nuevo mis diálogos con el tablet 19, con sus dos leds verde frontales.

Ya os he comentado en otras entradas al blog que, de entre todas las máquinas que nos ha enviado la consejería de educación, éste es el único tablet que parece estar dotado de cromosomas artificiales, es el que más sufre de varias dolencias emocionales. Por eso hemos establecido una relación de afectos, yo también tengo mi lado frágil. Parece que el 19 tuviera alguna forma de alma humana. Lo que menos le preocupa es que su batería esté descargada. Él se maneja con memoria rom que reutiliza más allá del reconocimiento de ciertos programas...

Todavía desconozco los dispositivos electrónicos de envío y recepción de señal que utiliza, pero ya estaba al tanto de todo. Durante el verano ha seguido vivo en miles de sindicaciones de contenidos rss. Así que, antes de que mi director me informara de ciertos compromisos adquiridos por mi colegio como centro piloto, él ya tenía la noticia, la reflexión y la síntesis de la cuestión. Y me hace ver, con su argumentación metálica de circuitos, que vive en una contradicción profunda.

Yo también, colega. Lo vuestro está en el aire, como la banca americana. También vosotros habéis sido producto de operaciones bajo riesgo financiero. Mucho equipamiento, mucho recurso, pero ningún entrenamiento mental y cero de capacitación. Menos mal que lo tuyo y lo mío ha sido un flechazo y nos hemos saltado el protocolo... Sí, tienes razón. ¿Qué sentido tiene que nuestras autoridades educativas sigan enviando pruebas de nivel en soporte papel? O bien se lo creen, reconocen que son ellas mismas las que han proclamado a todos los vientos la nueva escuela tecnologizada, abierta a las nuevas estrategias para aprender, gestionar la información, de comunicarse y adquirir conocimientos, y entonces de verdad ajustan los cuestionarios de evaluación a la educación que tanto promueven de boquilla; o, en caso contrario, recogen todo el aparataje de ordenadores y redes, limpian de cables y armarios las escuelas y nos ajustamos al lapicero de cedro, la negra mina de escribir y el potente afilador de mesa, modelo profesor, para dar a entender que somos un tanto avanzados y buscamos la eficacia y el rendimiento escolar. Una buena gestión, acorde con la sociedad en que vivimos.

Sí, colega del 19, los nuesvos estándares de evaluación debieran estar adaptados a la nueva alfabetización que estamos afrontando en la escuela. No es inocente este detalle. Si hacemos hoy a un agricultor una prueba de competencia, con las herramientas que usaban sus abuelos, posiblemente no tendríamos cosecha en la siguiente estación. Si a nuestro adorado Tarzán le sometiéramos a una prueba de evaluación escrita en el área de Educación Física, suspendería escandalosamente nuestro simpatico atleta. Pues, eso. Si nuestros alumnos, se supone, están integrando las TIC en el aula, que las pruebas de evaluación lo tengan en cuenta.

Esta es la cuestión. Mi colega tablet pc 19 vive lleno de contradicciones. Hasta emocionalmente roto. No se puede ser un tablet pc responsable, cuidar una exquisita configuración personal, servir información a la velocidad de la luz y que te hagan estas cosas. El día de las pruebas oficiales de nivel, las que la administración realiza a nuestros chicos y chicas, ¡hala!, ese día tú apagado, desenchufado, dentro de tu armario azul, como rama de canela en bote.

Que no se me olvide hablar del matamoscas

Esto es sólo una nota de agenda. Que no se me olvide hablar de la importancia que puede llegar a tener la presencia del matamoscas en el aula de educación primaria. Tengo un día que hablar de este estrambote. No se trata de una combinación métrica de versos. Quiero que mi reflexión sea igual de inconsistente y disparatada a como es la que la administración aplica a lo que denomina integración de las tic en la educación.

Con todo descaro hablan de la nueva realidad que se ha producido en nuestras aulas de Primaria, porque un día nos enviaron equipamiento informático. Supongamos la presencia de unos cuantos tractores MAN en el paleolítico inferior... ¿Alguien puede suponer que esos primeros humanos habrían dado ese día el paso a la agricultura y la vida sedentaria?

O mejor, y aquí va mi nota de agenda. ¿Qué pasaría en nuestras aulas si las equipamos de matamoscas? Sí, esas paletas flexibles, inofensivas como arma de ataque, pero mortales para el molesto insecto. Sí, esas herramientas tan divertidas, que podrían producir tanta algarabía y jolgorio, tanta interactiva y tanta creatividad tecnológica (a ver quién consigue más resultados y qué técnica es la más adecuada)... Paletas que podrían ser verdes, amarillas, naranjas... Su diseño estaría abierto a la temporada de cada año. ¿No estaría entonces ante una nueva realidad en el aula? ¿No estaríamos provocando una verdadera revolución educativa?

Que no se me olvide hablar de esto en la próxima entrada a mi blog...

Lo más bonito del aula tic

La silla del aula es una elevación muy por encima de la proporción de su pequeño cuerpo. Sin embargo, los ojos son tan grandes que se comen la pantalla. Los dedos, pequeñísimos, se aprietan en un puño que ofrece tan sólo un dedo libre para trabajar... Es una niña pequeña, que ha dejado su abrigo sobre la silla, también su chaqueta, y trepa a la silla que le aproxima a su ordenador.

Ha esperado a su profesor y ahora es una máquina de generar preguntas y sugerencias. El programa lo adelanta ella. El profesor le concede cinco minutos de tregua. La actividad se acelera. Profe, qué quiere decir esto... Profe, cómo escribo esta clave... Profe, dónde está el juego del otro día... Profe, ya está. Hay voces de aplicaciones multimedia. Éxitos y refuerzos sonoros por juegos conseguidos... el gallinero digital en marcha.

Pero la sesión de tic no termina ahí, el profesor tiene fijada una tarea concreta para hoy. Hay un guión para todos. La niña de la silla alta y el resto de la clase, todos de corta edad, ya han consumido los primeros momentos de impaciencia por las máquinas. Más serenos, están ya preparados. El profesor se hace oír...

- Lo primero, chicos, tenemos que escribir esta dirección web. Mirad, os la voy a dar..
- ¿Dónde, aquí?
- Sí, en la caja de dirección
- Ven, por favor..., ¿dónde está este palo?
- Ya estoy. Mira, profe, ya lo tengo...

El profesor, con toda su paciencia analógica y digital juntas, va dictando las tareas letra a letra. Para el observador ajeno esta tarea se le hace casi imposible. No le cabe en la cabeza cómo esos niños tan pequeños pueden afrontar un sistema operativo, cargado de reclamos y mensajes, además un navegador y una propuesta de su profesor...

Pero esto chicos y chicas ni manifiestan ni sienten el más mínimo desaliento. Son capaces de afrontar las ventanas del sistema que se abren o cierran, las órdenes de navegación, las inoportunas confirmaciones del sistema operativo... Lo hacen todo con su reducido arsenal: un dedo apuntador y un alfabeto para iniciados, que parece ser el remedio de todos los males.

Los mayores, ante situaciones menos comprometidas, maldecimos las dificultades tecnológicas, despotricamos de las aplicaciones informáticas y nos negamos a preguntar y curiosear a la búsqueda de una respuesta. Lo más bonito del aula es una niña pequeña, suspendida en una silla, con los ojos en configuración panorámica, armada de un sólo dedo para aprender.

Las buenas prácticas

Está de moda, en el mercado de las vanidades del sector educativo, que cualquiera que se precie de ser un maestro como dios manda ha de exhibirse por doquier haciendo gala de sus buenas prácticas. Nada de promover eficaces profesionales que siguen criterios de actuación; nada de actuar como una organización que asimila y gestiona el conocimiento de todos los miembros de la empresa; nada de estimular, reconocer y fidelizar los valores de los trabajadores...

Para qué vamos a intentar ser eficaces, productivos y sistemáticos en nuestros métodos de trabajo... No, eso resulta muy costoso para el conjunto de la organización. Mejor, cada empleado hará lo que buenamente pueda, actuará por libre. Eso sí, al final de cada ejercicio, entregará abundante documentación por escrito, para que el funcionario de turno quede a salvo en la cadena ascendente de responsabilidades. En este tinglado las cosas podrán estar a la buena de dios.

Sin embargo, estamos a salvo. Cerraremos los ejercicios anuales de curso con ferias de prácticas educativas. El espectáculo final será realmente glorioso y esperpéntico..., cuanto más alejado de la realidad, mejor.

Vistos los éxitos, no dejaremos que el conjunto del estado desperdicie esta estrategia. El gobierno habrá de decretar, por extensión, que la sociedad civil estándar actúe de igual manera. Pongamos que para el mes de mayo los trabajadores de la Opel en Zaragoza tendrán una semana de buenas prácticas. Durante siete días, todos los trabajadores harán exhibición de sus buenas prácticas poniendo tornillos, en soldadura, pintura y chapa, motorización, electricidad y tecnología... Esa semana la empresa se sentirá orgullosa de tan buenas prácticas y estimulará a sus empleados a que sigan tan creativos en el noble empeño de producir algún día por fin un coche que pueda desplazarse por la calzada.

Las buenas prácticas que se están poniendo de moda en el ámbito educativo no tienen por objeto la modificación de ninguna estructura organizativa, ni la dotación o modificación presupuestaria, tampoco la asunción de responsabilidades. En resumen, ningún inspector de educación relaciona este ferial con la planificación escolar del curso.

Nuestras autoridades educativas debieran tomar conciencia de la gestión del conocimiento de sus ámbitos de actuación. Una buena práctica es conocer los recursos con lo que se cuenta... Veamos recursos. ¿Cómo tenemos la formación y el perfeccionamiento continuo de nuestros maestros y maestras? ¿Se toman medidas que comprometan al trabajador en la consecución de un grado de formación contrastada y a la administración en su responsabilidad de velar por la competencia de sus empleados? No, en su lugar, se inventa un sistema realmente apasionante. La formación en cascada...

¿Qué filosofía da sustento a esta teoría?. Un sujeto, en origen, es seleccionado para desarrollar el rol de formador. Al tal individuo hay que cogerlo, como de sorpresa, porque de otro modo es casi imposible que nadie acepte una encomienda tan disparatada. Y el tal individuo ha de estar dotado de dosis de altruismo fuera de lo normal, también ha de disponer de una personalidad insuflada en técnicas orientales para la resistencia al sufrimiento... En último término, que parezca que lo hace porque le gusta. Así el grupo y la administración, llegado el caso, tendrá una fácil interjección descalificadora. Normalmente esta persona ha de prepararse a conciencia para desempeñar esta disciplina. La formación en cascada es el ejercicio más contradictorio y humillante con que justificar falta de presupuestos y actuaciones.

Para más recochineo, llegado el momento, las autoridades educativas que nos representan se emplean a fondo en su disparatada actuación. Veamos sus buenas prácticas. La última, a fecha de este blog, la concesión de la Medalla de la Educación Aragonesa a la Microsoft ibérica, S.R.L., por el apoyo a la acción educativa en materia de nuevas tecnologías que nos han permitido... ¿Podemos llamar integración de las tecnologías a la compra-venta de equipos, patentes, recursos de software o hardware...? El día que abrí uno de esos equipos esperaba encontrarme con una máquina inteligente, optimizada para mis chicos y chicas de clase, capaz de comunicarse e interactuar con mis alumnos, es decir, ajustada a los niveles curriculares que la Comunidad Autónoma tiene establecidos... Nada de eso, los equipos no están preparados para entenderse ni con los alumnos ni con los profesores... Nada en su interior. Comprar equipos es una cosa y educar con esos equipos es otra. El negocio es el negocio, esa es otra observación.

Por el hecho de comprar papel, tinta y grandes máquinas para la impresión no se consigue editar un libro. Es precisa la colaboración de un autor que le dé contenido, ideas... a cada una de sus páginas. Es preciso que la tinta adopte la forma de las letras y el papel se manche con los dibujos del pensamiento del autor.

Los equipos informáticos, con licencia de microsoft, no tienen todavía el alma que precisan las máquinas para comunicarse con los alumnos y profesores en el aula. Y esa encomienda no se puede dejar al disparate del iluminado profesor de turno. Es preciso establecer un criterio que siga unos criterios de actuación. Entre ellos, la calidad del producto, la validez del guión, la metodología de aprendizaje que se propone; idem, los criterios de evaluación; la sintonía entre la multimedia y la psicología infantil de principios de siglo 21... Además, por supuesto, la formación del intelecto, la capacidad para comprender y razonar, la educación social y emocional... Pero, no podemos dejar al buen tuntún el qué, el con qué, el cómo, el así, con esto, después o antes... En resumen, una buena exposición de buenas prácticas en la disciplina de los cabos sueltos...

Que mientras haya vida, podamos ejercitar nuestro pensamiento en las buenas prácticas de la crítica responsable. A la edad de los años a la que se le denomina edad madura se le atribuye el privilegio del juicio y la sensatez. El disparate es la ausencia del juicio. En todo caso, no deseo para mí ningún ejercicio de buenas prácticas...

He oído que habrá incentivos...

Tal y como parece que se dibuja el futuro, seguiremos teniendo funcionarios de diferente escalafón, cosa que no es novedad; y máquinas, esto sí que es una novedad, que irán destinadas a los colegios o institutos con un nivel de competencia proporcional al escalafón del funcionario de turno. Por ejemplo, los funcionarios de Primaria, maestros, para más detalles, tendremos máquinas a las que no les estará permitido trabajar a solas con los maestros y maestras por las mañanas, ni tampoco en tiempo de clase. Este privilegio corresponderá sólo a los funcionarios de Secundaria, licenciados, para más señas.

Es muy posible que el proceso de integración de las TIC en Educación Secundaria resulte un fracaso. En qué me baso. La inspección educativa no ha recibido ninguna nueva instrucción, ninguna normativa legal de la que exigir su cumplimiento. Si las cosas han de resultar exactamente como lo han sido siempre, sin que ninguna normativa o disposición se establezca para incorporar los institutos a la sociedad de la información y comunicación; si todos los conocimientos siguen siendo custodiados por los monasterios; si obviamos la sociedad en la que vivimos; si no se establece si ninguna iniciativa de sentido vertical, por parte de la administración para que cambien las cosas; si todo es así, parece lógico que los funcionarios licenciados acomoden su acción educativa a los hechos.


De todos modos, el tablet pc 19 está que alucina, hasta el punto de casi perder el controlador de su tarjeta gráfica. Como ya he dicho han tenido noticias de que los profesores de Educación Secundaria podrán trabajar por la mañana con los ordenadores, a solas, sin tener alumnos que controlar o vigilar. Es decir, tiempos de formación de lujo, para los tiempos que corren por la Educación Primaria. En nuestro caso, me dice el tablet pc 19, estamos siempre rodeados de niños o niñas, no disponemos de la más mínima intimidad entre maestros y máquinas. Excepto, claro, a partir de las siete de la tarde o por la noche. Él continúa con sus reflexiones. Me dice que su procesador es de doble núcleo, pero que no alcanza a entender nada.

¿Qué sucedió en Educación Primaria en los años precedentes? Que el voluntarismo, propio de los docentes que ejercen el magisterio, ha campado a sus anchas. En estos momentos, un gran cantidad de la tropa está deprimida; otra parte, desencantada y un caos que no hay divinidad de Partenón que lo arregle. Ningún recurso de gestión nuevo, ninguna disposición de organización y gestión para realizar la integración de las TIC. Se han facilitado a los colegios máquinas, muy costosas por cierto. Cuántos museos abandonados a los dos años de su inauguración; cuántas obras faraónicas, sin mantenimiento, desatendidas después de la inauguración, sin solución de continuidad...

Para qué quieren los escolares un lapicero que escribe sobre papel, si la evaluación se realizará sobre tablillas de arcilla, con punzones de metal. Hacen falta normas para gestionar los colegios con estilos nuevos, pero no tenemos ninguna disposición oficial para afrontar la nueva realidad.

Los viejos contenidos escolares perduran inamovibles; nada ha cambiado en el negocio de los abultados paquetes impresos encuadernados, lo que llamamos libros; observamos equipos de profesores que antes de constituirse en equipo se disgregan, presa del concurso de traslados; ningún incentivo para el profesor o profesora que se toma la responsabilidad de realizar la acomodación de su trabajo profesional a la nueva situación; no se tiene en cuenta su esfuerzo, su perfeccionamiento profesional, en algún caso verdaderamente costoso en esfuerzo y en valor material y económico. No existe empresa moderna que soporte una situación tal. La improductividad y la desorientación es su tributo. Echamos en falta una intervención vertical de la administración. Ninguna empresa deja que sus operarios o ingenieros campen a sus anchas, ejecutando cada cual a su entender las acciones que estime más oportunas. Se debe intervenir con algún criterio. Necesitamos la presencia de los cuadros intermedios de educación, en todas aquellas situaciones en las que la sociedad de la información y la comunicación establezcan relación con la escuela.

Mi table pc 19 estaba en lo cierto. Se han introducido incentivos para los profesores de Secundaria. La administración ha entendido que debe actuar ofreciendo incentivos. ¿Por qué en Educación Primaria no es necesario introducir medidas similares? Es un agravio comparativo el que se establece. Le digo a mi tablet pc 19 que los maestros pertenecemos a una realidad diferente, que no se corresponde con los parámetros civiles de la sociedad. Pertenecemos al grupo de los funcionarios vocacionados. No somos empleados. Pero los incentivos no lo son todo. Me temo un gran fracaso, si las autoridades educativas no entienden que no estamos hablando de máquinas, sino de recrear la escuela.

Al estante le sobran carcasas de CDs

El tablet pc 19 y yo últimamente mantenemos una relación menos efusiva. No digo que no estemos trabajando en colaboración y productivamente, no. El trabajo sale adelante. Él está con los chicos y chicas. A veces requiere mis atenciones, aquellas que la tecnología no puede gestionar. Los chicos y chicas están encantados de su nueva configuración. Al iniciar este curso, ha adquirido unas últimas actualizaciones para visionado de vídeos, reproducción de aplicaciones flash y ha puesto al día las versiones obsoletas. De igual manera, todo el equipo de colegas de armario.

Por eso, me produjo una gran sorpresa el hecho de que el otro día rompiera su silencio de días. ¿Podemos hablar? Son las siete de la tarde. El colegio es una tumba de sonidos que poco a poco se van amortiguando. Sí, podemos charlar. Te digo, me dice. El tablet pc 19 parece estar animado, especialmente comunicativo. Lo cierto es que este curso lo hemos iniciado con menos apasionamiento. Pero, sin embargo, yo mis colegas comentamos que está siendo más eficaz. Se nota que os habéis aprendido la rutina de los manejos y la mecánica de los entornos de trabajo, me dice, en un parpadeo de pantalla. Es una rutina saludable.

Este curso nuestros procesadores padecen de menos crisis de ansiedad. Nos ha gustado mucho la introducción de las dos wikis de trabajo que habéis creado. Es una utilísima herramienta. En nombre de todos los tablets os queremos felicitar por la elección de ese entorno. Para nosotras, es muy emocionante ver a los chavales registrándose en la Internet 2, miembros de wikicolados y usuarios de wikiborja. Además, comprobamos que los profesores también son usuarios con competencias y permisos de edición y programación de los contenidos... Yo me dejo regalar los oídos, porque no siempre mitabletpc se muestra tan generoso en sus valoraciones.

Los puntos de acceso inalámbrico están resultado muy bien, ¿verdad?... Veo que el tablet pc 19 tiene ganas de charlar y comunicarse. Le digo que sí, que las redes inalámbricas van de máquina, casi divinas... Nos felicitamos de la Red. De otro modo, sería imposible para nosotros. No podemos imaginar un colegio sin red. Nuestros contenidos en las wikis serían inaccesibles. Y las wikis lo son todos para nosotros.

Oye, me gusta mucho cómo ha quedado el aula tic, ésta en la que nos guardas por la noche. Parece que las máquinas son capaces de percibir, aunque sus pantallas se encuentren plegadas... Y continúa con sus observaciones... Os habéis gastado una pasta en ventanas, pintura y armarios. Teníamos ganas de que pusieras un poco de orden con tanto trasto sobre las mesas y bajo ellas, que no fuieste capaz de disimular tanto desorden ...

El tablet pc 19 cambia de tono y se interrumpe a sí mismo con una pregunta brusca. Por cierto, ¿cuándo vas a tirar toda esa cantidad de carcasas de CDs viejos....? Se está refiriendo a una gran cantidad de CDs que se amontonan en varias baldas de la estantería, ocupando una superficie de almacenamiento grande. Le digo que no son sólo carcasas, que en su interior guardan CDs. Pero él sigue decidido. Que los utilizaras en los años 97 ó 98, pues bueno... Eran otros tiempos. Pero no entiendo, con lo decidido que eres para algunas cosas, cómo todavía les concedes un milímetro de estantería y un minuto de tu tiempo. Tíralos y tiempos nuevos, venga... Lo que tu inteligencia de educador no sea capaz de crear, ¿para qué lo quieres?

Hemos leído tus memorias del programa Ramón y Cajal -prosigue- y, desde entonces, ya estabas proclamando que no tenía sentido la informática educativa pasiva, la consumidora de recursos... ¿Qué te sucede? ¿Es que piensas que las cosas van tan mal que podríamos volver a una funcionalidad tan mecanicista...? A nosotras las máquinas lo que más nos gusta de vosotros, los humanos, es vuestra creatividad y vuestras ideas, cuando sois capaces de crear ideas y pensamientos, resolver problemas, tomar decisiones y comprender este mundo tecnológico.

Por cierto, la visita última de la inspección te ha dejado tocado. Te hemos visto de mal humor; de mala leche, decís vosotros los humanos. No te entienden, ¿eh?. Jamás serán capaces los cuadros intermedios de educación de entender qué escuela necesitan nuestros tiempos. Manejan fotocopias de legislación que apenas son legible, porque el paso del tiempo ha emborronado y confundido sus caracteres. Nosotras, las computadoras, lo estamos observando todo...

No le dejo continuar, porque ya conozco bien la cantidad de información que es capaz de gestionar con su dispositivo infrarrojo. De acuerdo, voy a informar a mis compañeros de que la etapa del consumo indiscriminado de CDs "supuestamente educativos" ha terminado. Se inicia una era de gestión del conocimiento en red, conocimiento social compartido. Lo que somos capaces de producir es nuestro verdadero contenido curricular.

Me voy. Es tarde. Cierro el armario y te dejo conectada al multiplicador de red. Hasta mañana. Has sido razonablemente amable conmigo y me gustaría seguir conversando en otra ocasión.

En respuesta a tu carta, Nicolás Sarkozy

Estimado presidente de Francia. Solicito permiso para dirigirme a usted de forma personal y directa, tal y como lo requiere el género epistolar que utilizo en mi respuesta a tu carta. Esta llega a mis manos a principios de septiembre, cuando todo mi cuerpo estaba atrapado por la inercia inicial del comienzo de un nuevo curso. El control de mis emociones estaba relajado, de modo que pasé a leer tu carta.

Nicolás, con toda sinceridad, en una primera lectura tu carta me resultó algo confusa de entender. Mezclas las verdades universales del pensamiento con las llamadas al orden moral; el bien común y los intereses de la política del momento conviven peligrosamente; los maestros y maestras debemos instruir, guiar y proteger las tiernas conciencias de las criaturitas del estado; más aún, acompañar el desarrollo de sus aptitudes intelectuales, morales y físicas… Como un buen creador dramático, Nicolás, te creces de párrafo en párrafo. Hasta lo sublime.

Nicolás, eres el campeón de las ideas. ¿De verdad piensas que los maestros desempeñamos la más bella y más bonita misión, la más difícil de la república? Casi nada, es decir, estamos por encima de cualquier otro perfil profesional. Leer tu mensaje y transformarme ha sido todo uno, en mi interior se produce una mezcla de orgullo, alegría exultante y de felicidad plena, con pizcas de miedo y temor a equivocarme en tal misión, la misión de los maestros. Nicolás, si de verdad quieres profesionales al servicio de la república o del estado, has de otorgarnos la capacidad de la crítica y de la inteligencia. Con tal premisa, no puedo entender cómo la más noble misión laboral tiene asociado tan bajo reconocimiento social y un salario tan mísero. Sospecho que estas llamadas al espíritu del educador son como la música militar para los ejércitos. Ruido en la cabeza que, a lo más, nos puede inducir a realizar cualquier acto inconsciente.

Yo leo atentamente tu carta, Nicolás. Leo y creo entender. Educar es una misión sometida a fuerzas de sentido, a veces, contrario. La personalidad del niño, por un lado, y las convicciones personales del maestro. Algo parecido a ser funcionario, educador y maestro de la nación. Otra observación para el asombro…

Nicolás, yo también he alcanzado la misma íntima convicción: ¿para qué nos sirve ya el obsoleto principio del saber?. Arrojemos lejos de nosotros la vieja piedra filosofal. La madre de todos los criterios, lo que justifica todo en la educación: saber. Estoy contigo. Existen otros principios educativos más significativos que el mero acopio de conocimientos. Valoremos la sensibilidad, la inteligencia, el carácter propio de cada cual.

Se lo voy a comentar a mi presidente, José Luis, para que disponga también estas consideraciones en una carta a sus maestros y maestras. Los dos países, conjuntamente, dedicados plenamente a transmitir cultura. En un par de cursos, tendremos a los chicos de la patria absolutamente abiertos a la cultura y ajenos a tanto conocimiento natural.

Ahora bien, para llevar a buen puerto nuestras propuestas, necesitamos mejorar nuestros recursos. Empecemos por la autoridad, de la que estamos en la escuela algo justitos. En efecto, señor presidente, de disciplina no venga usted exigiendo parcela, que no hay terreno por recalificar. Sin embargo, a ti te veo más pragmático, esta situación no te inquieta más allá de la crónica de los hechos. Es lo que se exige del perfil de un político que aspira a gestionar lo público, ¿verdad? Te veo excesivamente profesional. Si tus educadores funcionarios te son fieles, quizá estés en un acierto.

A este lado de la frontera, la tropa de los maestros y maestras no llevamos un marcha muy exitosa… hazte a la idea, Nicolás. Recorremos el país humillados, olvidados, ninguneados, no tomados en consideración. Y no es nuestro fracaso, es el gran fracaso de toda la sociedad. La tropa de los educadores ya no está para más maniobras. Hay lo que queda.

Ahora bien, si estás dispuesto a hablar de la gestión del conocimiento y de la revolución de la información, puede que nos movilices a unos cuantos. Las tecnologías de la información y la comunicación son la excusa necesaria para que la escuela se adapte a las necesidades de nuestra sociedad, para que el estado destine los recursos necesarios, la inversión de los valores de un país, de verdad… La escuela no gestiona el conocimiento. El conocimiento se ha desviado hacia otros ámbitos: son las redes de la información y comunicación y el ámbito social. Siempre puede haber una salida gloriosa para una situación desesperada. En nombre de mis colegas, te garantizo que podemos hablar de romper fronteras.

¡Qué tarea más ilusionante! Afrontar los retos de una educación para el siglo XXI… A los maestros siempre se nos ha manipulado eficazmente, recurriendo a demandas de altruismos imposibles, convocándonos a las más elevadas misiones, mientras que el resto de los asalariados ciudadanos vive inmerso en la producción industrial en cadena. En cuanto se nos pone el justito punto del voluntarismo, somos imparables…Nicolás, espero que sepas sacar rentabilidad a este filón emocional.

Me gustas, Nicolás, cuando pronuncias verdades absolutas. Dices que en esta sociedad todos somos educadores. A mi, personalmente, me mola. Si todos somos de profesión educadores, por encomienda natural, mi profesión resulta un chollo: cobrar el sueldo con una tarea compartida, esa es la aspiración del buen funcionario. A veces me despistas.

Espero me confirmes si estoy o no en lo cierto. Para mí resulta muy importante que me aclares la cuestión siguiente. En mi país, hace unos años, se difundió un famoso panfleto político, que quiso ser reforma educativa. Algo así como: niños, sed buenos, y valorad el esfuerzo; padres, sed responsables, dedicad todo vuestro esfuerzo a la educación de vuestros hijos; profesores, sed competentes, maestros ejemplares, cumplidores del deber, responsables, profesionales abiertos al siglo XXI… Ya está, esto es todo. Aclárame, si tu reforma educativa, si la renovación de la república que propones consiste en algo tan poco serio… Es una profunda ofensa a la inteligencia.

Nicolás, relajado y abierto, por efecto de la comunicación epistolar, llegas a afirmar que la educación es una exigencia del educador para consigo mismo. No estaría mal, si las condiciones lo hicieran posible. Bien, imaginemos un maestro con un grupo de veinticinco niños o más. En relación con los niños y niñas, le vamos a exigir el máximo de instrucción, la adquisición de las competencias adecuadas, un espíritu crítico, el sentido del esfuerzo y la autoestima, tan importantes para construir ciudadanos. Y, en los ratos libres, lo que tú dices, Nicolás, el apretón de lo sublime…

Desde luego, estoy contigo, tanto fracaso escolar no admite plazos en la búsqueda de una solución. Para remediarlo, no voy a tardar ni un trimestre en poner ante los padres de mis escolares tu llamada epistolar, Nicolás. Ellos caerán rendidos, a favor de tu propuesta, del compromiso de los padres en la educación. En cuanto lean tu carta, estoy seguro que han de formular que todo no vale, que las obligaciones existen, que no puede haber libertad sin reglas… Si tu carta hace de verdad milagros, conseguirás tu objetivo. Tendremos una nueva república o un nuevo estado, aunque no sé si del todo, porque la desigualdad, como en todas las sociedades, también ha tomado forma consistente en nuestra realidad.

Se lo voy a contar todo a mi presidente, José Luis. Si aprovecha la coyuntura, en cuanto reciba yo su carta, me aplicaré en seguir sus consejos, lo mismo harán mis colegas. En cuatro días, los maestros y maestras de este país estableceremos nuevas relaciones emocionales con los escolares, de una calidad excelente, afectivas y humanas, exigentes y motivadoras. Los docentes promoveremos en los chicos la búsqueda del placer, como la recompensa tras el esforzado trabajo del pensamiento. Esta experiencia, a ambos lados de la frontera, puede definir el advenimiento de una nueva Europa. Sin olvidarnos de que vivimos inmersos en la sociedad de la información y la comunicación, es decir, que contamos con la intermediación de las máquinas. Utilizando enlaces de relación intercomunicada, formas de comprensión mediatizadas por las representaciones infográficas y multimedias, gestionando el conocimiento social de un modo responsable y colaborativo, a favor de la representación de la realidad virtual… ¡qué bonitos mundos, a ambos lados de la frontera!

¿Debo fiarme de ti, Nicolás? ¿Hablas en serio o fabulas? Tu encendida soflama por la recompensa de lo bien hecho, la sanción por la falta y el cultivo de la admiración por lo que está bien, me levanta sospechas. No puedo. En mi trabajo profesional no es así. Los funcionarios docentes, los maestros a quienes convocas a una revolución cultural, no se organizan siguiendo ese criterio. La Administración no espera de nosotros muchos más que una empresa de seguros de vida: con tal de que no ocurra ninguna desgracia, de que ningún niño muera; o que nadie se nos pierda en el tránsito de una sesión diaria escolar; con tal de que físicamente se pueda demostrar que estamos donde la función nos encomienda, es suficiente; es todo, es la excelencia y nada más se espera de nosotros. Más aún, si alguno osara proponer una prolongación de jornada o alguna medida hacia la excelencia; si algún equipo directivo imaginara una nueva forma de organizar el colegio, podría sufrir sanciones… Nicolás, te aseguro que la incompetencia de la administración para la gestión de los recursos humanos es casi total. Más. Los conocimientos en gestión de empresa y los criterios modernos de optimización de recursos están ausentes de la práctica de los cuadros intermedios y superiores. Se despilfarra gestión del conocimiento a espuertas. Este es el panorama, Nicolás.

También por la Francia se habla del respeto. Esta palabra tiene más peligro que los créditos hipotecarios. Pongamos el principio: respeto de todos para todos y por todas las razones. Yo lo veo así, Nicolás. Déjame que te lo cuente con un recurso literario, que parábolas y cuentos siempre han sido útiles para la instrucción. Estamos de acuerdo en que lo más importante para un libro no es tener hojas, sino tener ideas. No nos podemos conformar con un buen lomo, una excelente encuadernación. De igual modo, no merece la pena tener actores estúpidamente bien maquillados y puestos con el adecuado atrezzo, pero sin nada que decir, nada que comunicar o sentir. Al igual hemos de considerar con el respeto aprendido.

¿Qué tal si el respeto lo aprendemos de los padres de nuestra patria? ¿Qué tal si el respeto es el primer sentimiento que percibe el niño en el seno familiar? ¿Qué tal si el respeto es la admiración por los mayores? ¿Qué tal si el respeto no es una mercancía o una norma de regulación? Con código de sanciones habrá regulación de disciplinas, que no está mal, porque hemos de dictarnos un código. Pero, respeto… no. Es una dimensión que transciende la mecánica del código sancionador que nos atribuimos para regular el tráfico de nuestras carreteras. Respeto es un estilo de vida, es una seña de identidad de un pueblo o una cultura.

Para resolver el problema de la falta de respecto que campa en nuestra sociedad, tengo una solución definitiva. La empresa del Levante español que tiene la exclusiva en la fabricación de mobiliario escolar debe diseñar el modelo de pupitre respeto. Éste consistirá en una pieza modular compacta, dotada de tecnologías inalámbricas. Cuando el profesor entra en zona de cobertura de señal, el dispositivo del pupitre reaccionará accionándose. El apoyo asiento modificará su posición uno, reposo horizontal, por la posición dos, noventa grados vertical, sensiblemente incómoda y disciplinada, a la vez que se refuerza la acción con un contundente sonido agudo... ¡¡puigk!! Esta y otras máquinas serían introducidas por todo el tejido social. Una pequeña inversión para una gran empresa…

Qué envidia de la vieja escuela republicana de tu país, Nicolás: una escuela neutral ante las diferencias sociales, las creencias, las convicciones religiosas, filosóficas o políticas. De paso, yo me pido una de esas escuelas para mí, para mi reciclado personal. Un año sabático de escuela republicana…

Nicolás, no sé cómo te las arreglas… En tu carta has trazado el camino hacia la percepción de mi conciencia personal, nacional, europea y universal… Tienes un poderío extraordinario para la convicción y para la abstracción; yo, en cuanto hago abstracción de dos pasos, me muero en el intento. Sin embargo es un atrevimiento tu metáfora del crisol. La función de mi escuela en mi pueblo no es tal. Crisol será tu palacio presidencial, en mi escuela no da ni para la limpieza de las clases y pasillos.

Quisiera decírselo a mi presidente también. La situación que nos dibuja el informe de Pisa es suficientemente convincente. Yo le propongo un plan a José Luis. Los papás leen todos los días con sus hijos, antes de ir a la cama. Comentan el contenido de sus lecturas y educan los afectos. Los banqueros en sus casas, con sus pequeños, juegan a cerrar hipotecas, cálculos mentales sobre la estimación emocional de los afectos o la inspiración poética que resulte más oportuna, nunca sobre dinero. Igualmente conseguimos que los constructores y promotores de grandes pelotazos urbanísticos reconsideren su absurda opción por el embrutecido negocio, y así busquen promover la belleza y el amor por las cosas sencillas y elementales, la contemplación de la incomparable naturaleza…

Y qué hacemos con la escuela, en medio de una sociedad que desborda todos sus conocimientos, los que hasta hoy justificaban su existencia. La escuela sabe menos que la sociedad. Los papás saben menos cosas que sus hijos. El mundo está así. Sin embargo, los niños no saben que lo saben, porque lo tienen poco estructurado. Así que los papás, en realidad, son los que realmente saben lo que saben, aunque sea poca cosa. Todo esto por culpa de la globalización del saber. ¿Quién abrió la puerta a este descontrol? En cuanto hemos metido más de una idea en la escuela se nos ha preparado el cacao-maravillao. Es por culpa de no haber puesto freno a tanta red, tanto recurso multimedia y a tanta información… Volvamos a los libros bien encuadernados, con pocas imágenes y bien numerados, y abandonemos la lectura hipertextual que no nos lleva a ninguna parte… Este puede ser el plan dos.

Qué bonito sería un humanismo contemporáneo, como el que tú me pintas, Nicolas. Resucitemos a Erasmo o Luis Vives. El disfrute del placer del conocimiento y del pensamiento: en el interior de todos y en el seno de los grupos sociales, nada de buscar el dinero, el éxito, la fama o el negocio apresurado… Más a favor del empeño altruista y de la inteligencia creativa. Bueno, Nicolás… Para ello deberíamos empezar por los programas electorales de los partidos políticos y seguir con los candidatos y con los consejos de administración de los grandes bancos. ¿Por qué no los presidentes de los países? ¿Existen hombres y mujeres libres en los grupos políticos? ¿Está permitido el pensamiento, el análisis, el espíritu crítico e independiente? No. De ninguna manera. Las personas de condición humanista son un estorbo.

Me duele mucho que digas en tu carta que no puedes hacer nada sin la complicidad y colaboración de los maestros. Me suena a slogan desgastado. Si de verdad tu sentimiento es sincero, habremos de sentir tu sinceridad correspondida. Haz que tu sinceridad se corresponda con los hechos. De todas maneras, qué pena… Los maestros y maestras ya no podemos aceptar un mensaje emocional que provenga de los políticos, sin reservas. Con dolor de corazón, debemos rechazar todas vuestras promesas de amor y penitencia. Nuestro cuerpo, poco corporativo, por cierto, está alejado de los emocionados discursos de ustedes, los políticos. Nos huele el aliento a tiza y tenemos el fondo de ojo desinformado.

Quizá cuando me vaya a la cama, mi subconsciente, traidor él, al que todavía no controlo, haga que retome los encendidos párrafos de tu carta, tan potentes, imaginando una refundación de escuela de los valores, con profesionales que son atendidos en virtud de sus necesidades, con maestros que encuentran la consideración social y complicidad de las autoridades del país y el afecto de sus conciudadanos. En sueños, estaré con usted, Sr. Presidente, sintiéndome partícipe de esa gloriosa escuela que usted me envía por correo.

Atentamente, un maestro de primaria.

Jesús Mari Arce 2007