He oído que habrá incentivos...

Tal y como parece que se dibuja el futuro, seguiremos teniendo funcionarios de diferente escalafón, cosa que no es novedad; y máquinas, esto sí que es una novedad, que irán destinadas a los colegios o institutos con un nivel de competencia proporcional al escalafón del funcionario de turno. Por ejemplo, los funcionarios de Primaria, maestros, para más detalles, tendremos máquinas a las que no les estará permitido trabajar a solas con los maestros y maestras por las mañanas, ni tampoco en tiempo de clase. Este privilegio corresponderá sólo a los funcionarios de Secundaria, licenciados, para más señas.

Es muy posible que el proceso de integración de las TIC en Educación Secundaria resulte un fracaso. En qué me baso. La inspección educativa no ha recibido ninguna nueva instrucción, ninguna normativa legal de la que exigir su cumplimiento. Si las cosas han de resultar exactamente como lo han sido siempre, sin que ninguna normativa o disposición se establezca para incorporar los institutos a la sociedad de la información y comunicación; si todos los conocimientos siguen siendo custodiados por los monasterios; si obviamos la sociedad en la que vivimos; si no se establece si ninguna iniciativa de sentido vertical, por parte de la administración para que cambien las cosas; si todo es así, parece lógico que los funcionarios licenciados acomoden su acción educativa a los hechos.


De todos modos, el tablet pc 19 está que alucina, hasta el punto de casi perder el controlador de su tarjeta gráfica. Como ya he dicho han tenido noticias de que los profesores de Educación Secundaria podrán trabajar por la mañana con los ordenadores, a solas, sin tener alumnos que controlar o vigilar. Es decir, tiempos de formación de lujo, para los tiempos que corren por la Educación Primaria. En nuestro caso, me dice el tablet pc 19, estamos siempre rodeados de niños o niñas, no disponemos de la más mínima intimidad entre maestros y máquinas. Excepto, claro, a partir de las siete de la tarde o por la noche. Él continúa con sus reflexiones. Me dice que su procesador es de doble núcleo, pero que no alcanza a entender nada.

¿Qué sucedió en Educación Primaria en los años precedentes? Que el voluntarismo, propio de los docentes que ejercen el magisterio, ha campado a sus anchas. En estos momentos, un gran cantidad de la tropa está deprimida; otra parte, desencantada y un caos que no hay divinidad de Partenón que lo arregle. Ningún recurso de gestión nuevo, ninguna disposición de organización y gestión para realizar la integración de las TIC. Se han facilitado a los colegios máquinas, muy costosas por cierto. Cuántos museos abandonados a los dos años de su inauguración; cuántas obras faraónicas, sin mantenimiento, desatendidas después de la inauguración, sin solución de continuidad...

Para qué quieren los escolares un lapicero que escribe sobre papel, si la evaluación se realizará sobre tablillas de arcilla, con punzones de metal. Hacen falta normas para gestionar los colegios con estilos nuevos, pero no tenemos ninguna disposición oficial para afrontar la nueva realidad.

Los viejos contenidos escolares perduran inamovibles; nada ha cambiado en el negocio de los abultados paquetes impresos encuadernados, lo que llamamos libros; observamos equipos de profesores que antes de constituirse en equipo se disgregan, presa del concurso de traslados; ningún incentivo para el profesor o profesora que se toma la responsabilidad de realizar la acomodación de su trabajo profesional a la nueva situación; no se tiene en cuenta su esfuerzo, su perfeccionamiento profesional, en algún caso verdaderamente costoso en esfuerzo y en valor material y económico. No existe empresa moderna que soporte una situación tal. La improductividad y la desorientación es su tributo. Echamos en falta una intervención vertical de la administración. Ninguna empresa deja que sus operarios o ingenieros campen a sus anchas, ejecutando cada cual a su entender las acciones que estime más oportunas. Se debe intervenir con algún criterio. Necesitamos la presencia de los cuadros intermedios de educación, en todas aquellas situaciones en las que la sociedad de la información y la comunicación establezcan relación con la escuela.

Mi table pc 19 estaba en lo cierto. Se han introducido incentivos para los profesores de Secundaria. La administración ha entendido que debe actuar ofreciendo incentivos. ¿Por qué en Educación Primaria no es necesario introducir medidas similares? Es un agravio comparativo el que se establece. Le digo a mi tablet pc 19 que los maestros pertenecemos a una realidad diferente, que no se corresponde con los parámetros civiles de la sociedad. Pertenecemos al grupo de los funcionarios vocacionados. No somos empleados. Pero los incentivos no lo son todo. Me temo un gran fracaso, si las autoridades educativas no entienden que no estamos hablando de máquinas, sino de recrear la escuela.

Al estante le sobran carcasas de CDs

El tablet pc 19 y yo últimamente mantenemos una relación menos efusiva. No digo que no estemos trabajando en colaboración y productivamente, no. El trabajo sale adelante. Él está con los chicos y chicas. A veces requiere mis atenciones, aquellas que la tecnología no puede gestionar. Los chicos y chicas están encantados de su nueva configuración. Al iniciar este curso, ha adquirido unas últimas actualizaciones para visionado de vídeos, reproducción de aplicaciones flash y ha puesto al día las versiones obsoletas. De igual manera, todo el equipo de colegas de armario.

Por eso, me produjo una gran sorpresa el hecho de que el otro día rompiera su silencio de días. ¿Podemos hablar? Son las siete de la tarde. El colegio es una tumba de sonidos que poco a poco se van amortiguando. Sí, podemos charlar. Te digo, me dice. El tablet pc 19 parece estar animado, especialmente comunicativo. Lo cierto es que este curso lo hemos iniciado con menos apasionamiento. Pero, sin embargo, yo mis colegas comentamos que está siendo más eficaz. Se nota que os habéis aprendido la rutina de los manejos y la mecánica de los entornos de trabajo, me dice, en un parpadeo de pantalla. Es una rutina saludable.

Este curso nuestros procesadores padecen de menos crisis de ansiedad. Nos ha gustado mucho la introducción de las dos wikis de trabajo que habéis creado. Es una utilísima herramienta. En nombre de todos los tablets os queremos felicitar por la elección de ese entorno. Para nosotras, es muy emocionante ver a los chavales registrándose en la Internet 2, miembros de wikicolados y usuarios de wikiborja. Además, comprobamos que los profesores también son usuarios con competencias y permisos de edición y programación de los contenidos... Yo me dejo regalar los oídos, porque no siempre mitabletpc se muestra tan generoso en sus valoraciones.

Los puntos de acceso inalámbrico están resultado muy bien, ¿verdad?... Veo que el tablet pc 19 tiene ganas de charlar y comunicarse. Le digo que sí, que las redes inalámbricas van de máquina, casi divinas... Nos felicitamos de la Red. De otro modo, sería imposible para nosotros. No podemos imaginar un colegio sin red. Nuestros contenidos en las wikis serían inaccesibles. Y las wikis lo son todos para nosotros.

Oye, me gusta mucho cómo ha quedado el aula tic, ésta en la que nos guardas por la noche. Parece que las máquinas son capaces de percibir, aunque sus pantallas se encuentren plegadas... Y continúa con sus observaciones... Os habéis gastado una pasta en ventanas, pintura y armarios. Teníamos ganas de que pusieras un poco de orden con tanto trasto sobre las mesas y bajo ellas, que no fuieste capaz de disimular tanto desorden ...

El tablet pc 19 cambia de tono y se interrumpe a sí mismo con una pregunta brusca. Por cierto, ¿cuándo vas a tirar toda esa cantidad de carcasas de CDs viejos....? Se está refiriendo a una gran cantidad de CDs que se amontonan en varias baldas de la estantería, ocupando una superficie de almacenamiento grande. Le digo que no son sólo carcasas, que en su interior guardan CDs. Pero él sigue decidido. Que los utilizaras en los años 97 ó 98, pues bueno... Eran otros tiempos. Pero no entiendo, con lo decidido que eres para algunas cosas, cómo todavía les concedes un milímetro de estantería y un minuto de tu tiempo. Tíralos y tiempos nuevos, venga... Lo que tu inteligencia de educador no sea capaz de crear, ¿para qué lo quieres?

Hemos leído tus memorias del programa Ramón y Cajal -prosigue- y, desde entonces, ya estabas proclamando que no tenía sentido la informática educativa pasiva, la consumidora de recursos... ¿Qué te sucede? ¿Es que piensas que las cosas van tan mal que podríamos volver a una funcionalidad tan mecanicista...? A nosotras las máquinas lo que más nos gusta de vosotros, los humanos, es vuestra creatividad y vuestras ideas, cuando sois capaces de crear ideas y pensamientos, resolver problemas, tomar decisiones y comprender este mundo tecnológico.

Por cierto, la visita última de la inspección te ha dejado tocado. Te hemos visto de mal humor; de mala leche, decís vosotros los humanos. No te entienden, ¿eh?. Jamás serán capaces los cuadros intermedios de educación de entender qué escuela necesitan nuestros tiempos. Manejan fotocopias de legislación que apenas son legible, porque el paso del tiempo ha emborronado y confundido sus caracteres. Nosotras, las computadoras, lo estamos observando todo...

No le dejo continuar, porque ya conozco bien la cantidad de información que es capaz de gestionar con su dispositivo infrarrojo. De acuerdo, voy a informar a mis compañeros de que la etapa del consumo indiscriminado de CDs "supuestamente educativos" ha terminado. Se inicia una era de gestión del conocimiento en red, conocimiento social compartido. Lo que somos capaces de producir es nuestro verdadero contenido curricular.

Me voy. Es tarde. Cierro el armario y te dejo conectada al multiplicador de red. Hasta mañana. Has sido razonablemente amable conmigo y me gustaría seguir conversando en otra ocasión.

En respuesta a tu carta, Nicolás Sarkozy

Estimado presidente de Francia. Solicito permiso para dirigirme a usted de forma personal y directa, tal y como lo requiere el género epistolar que utilizo en mi respuesta a tu carta. Esta llega a mis manos a principios de septiembre, cuando todo mi cuerpo estaba atrapado por la inercia inicial del comienzo de un nuevo curso. El control de mis emociones estaba relajado, de modo que pasé a leer tu carta.

Nicolás, con toda sinceridad, en una primera lectura tu carta me resultó algo confusa de entender. Mezclas las verdades universales del pensamiento con las llamadas al orden moral; el bien común y los intereses de la política del momento conviven peligrosamente; los maestros y maestras debemos instruir, guiar y proteger las tiernas conciencias de las criaturitas del estado; más aún, acompañar el desarrollo de sus aptitudes intelectuales, morales y físicas… Como un buen creador dramático, Nicolás, te creces de párrafo en párrafo. Hasta lo sublime.

Nicolás, eres el campeón de las ideas. ¿De verdad piensas que los maestros desempeñamos la más bella y más bonita misión, la más difícil de la república? Casi nada, es decir, estamos por encima de cualquier otro perfil profesional. Leer tu mensaje y transformarme ha sido todo uno, en mi interior se produce una mezcla de orgullo, alegría exultante y de felicidad plena, con pizcas de miedo y temor a equivocarme en tal misión, la misión de los maestros. Nicolás, si de verdad quieres profesionales al servicio de la república o del estado, has de otorgarnos la capacidad de la crítica y de la inteligencia. Con tal premisa, no puedo entender cómo la más noble misión laboral tiene asociado tan bajo reconocimiento social y un salario tan mísero. Sospecho que estas llamadas al espíritu del educador son como la música militar para los ejércitos. Ruido en la cabeza que, a lo más, nos puede inducir a realizar cualquier acto inconsciente.

Yo leo atentamente tu carta, Nicolás. Leo y creo entender. Educar es una misión sometida a fuerzas de sentido, a veces, contrario. La personalidad del niño, por un lado, y las convicciones personales del maestro. Algo parecido a ser funcionario, educador y maestro de la nación. Otra observación para el asombro…

Nicolás, yo también he alcanzado la misma íntima convicción: ¿para qué nos sirve ya el obsoleto principio del saber?. Arrojemos lejos de nosotros la vieja piedra filosofal. La madre de todos los criterios, lo que justifica todo en la educación: saber. Estoy contigo. Existen otros principios educativos más significativos que el mero acopio de conocimientos. Valoremos la sensibilidad, la inteligencia, el carácter propio de cada cual.

Se lo voy a comentar a mi presidente, José Luis, para que disponga también estas consideraciones en una carta a sus maestros y maestras. Los dos países, conjuntamente, dedicados plenamente a transmitir cultura. En un par de cursos, tendremos a los chicos de la patria absolutamente abiertos a la cultura y ajenos a tanto conocimiento natural.

Ahora bien, para llevar a buen puerto nuestras propuestas, necesitamos mejorar nuestros recursos. Empecemos por la autoridad, de la que estamos en la escuela algo justitos. En efecto, señor presidente, de disciplina no venga usted exigiendo parcela, que no hay terreno por recalificar. Sin embargo, a ti te veo más pragmático, esta situación no te inquieta más allá de la crónica de los hechos. Es lo que se exige del perfil de un político que aspira a gestionar lo público, ¿verdad? Te veo excesivamente profesional. Si tus educadores funcionarios te son fieles, quizá estés en un acierto.

A este lado de la frontera, la tropa de los maestros y maestras no llevamos un marcha muy exitosa… hazte a la idea, Nicolás. Recorremos el país humillados, olvidados, ninguneados, no tomados en consideración. Y no es nuestro fracaso, es el gran fracaso de toda la sociedad. La tropa de los educadores ya no está para más maniobras. Hay lo que queda.

Ahora bien, si estás dispuesto a hablar de la gestión del conocimiento y de la revolución de la información, puede que nos movilices a unos cuantos. Las tecnologías de la información y la comunicación son la excusa necesaria para que la escuela se adapte a las necesidades de nuestra sociedad, para que el estado destine los recursos necesarios, la inversión de los valores de un país, de verdad… La escuela no gestiona el conocimiento. El conocimiento se ha desviado hacia otros ámbitos: son las redes de la información y comunicación y el ámbito social. Siempre puede haber una salida gloriosa para una situación desesperada. En nombre de mis colegas, te garantizo que podemos hablar de romper fronteras.

¡Qué tarea más ilusionante! Afrontar los retos de una educación para el siglo XXI… A los maestros siempre se nos ha manipulado eficazmente, recurriendo a demandas de altruismos imposibles, convocándonos a las más elevadas misiones, mientras que el resto de los asalariados ciudadanos vive inmerso en la producción industrial en cadena. En cuanto se nos pone el justito punto del voluntarismo, somos imparables…Nicolás, espero que sepas sacar rentabilidad a este filón emocional.

Me gustas, Nicolás, cuando pronuncias verdades absolutas. Dices que en esta sociedad todos somos educadores. A mi, personalmente, me mola. Si todos somos de profesión educadores, por encomienda natural, mi profesión resulta un chollo: cobrar el sueldo con una tarea compartida, esa es la aspiración del buen funcionario. A veces me despistas.

Espero me confirmes si estoy o no en lo cierto. Para mí resulta muy importante que me aclares la cuestión siguiente. En mi país, hace unos años, se difundió un famoso panfleto político, que quiso ser reforma educativa. Algo así como: niños, sed buenos, y valorad el esfuerzo; padres, sed responsables, dedicad todo vuestro esfuerzo a la educación de vuestros hijos; profesores, sed competentes, maestros ejemplares, cumplidores del deber, responsables, profesionales abiertos al siglo XXI… Ya está, esto es todo. Aclárame, si tu reforma educativa, si la renovación de la república que propones consiste en algo tan poco serio… Es una profunda ofensa a la inteligencia.

Nicolás, relajado y abierto, por efecto de la comunicación epistolar, llegas a afirmar que la educación es una exigencia del educador para consigo mismo. No estaría mal, si las condiciones lo hicieran posible. Bien, imaginemos un maestro con un grupo de veinticinco niños o más. En relación con los niños y niñas, le vamos a exigir el máximo de instrucción, la adquisición de las competencias adecuadas, un espíritu crítico, el sentido del esfuerzo y la autoestima, tan importantes para construir ciudadanos. Y, en los ratos libres, lo que tú dices, Nicolás, el apretón de lo sublime…

Desde luego, estoy contigo, tanto fracaso escolar no admite plazos en la búsqueda de una solución. Para remediarlo, no voy a tardar ni un trimestre en poner ante los padres de mis escolares tu llamada epistolar, Nicolás. Ellos caerán rendidos, a favor de tu propuesta, del compromiso de los padres en la educación. En cuanto lean tu carta, estoy seguro que han de formular que todo no vale, que las obligaciones existen, que no puede haber libertad sin reglas… Si tu carta hace de verdad milagros, conseguirás tu objetivo. Tendremos una nueva república o un nuevo estado, aunque no sé si del todo, porque la desigualdad, como en todas las sociedades, también ha tomado forma consistente en nuestra realidad.

Se lo voy a contar todo a mi presidente, José Luis. Si aprovecha la coyuntura, en cuanto reciba yo su carta, me aplicaré en seguir sus consejos, lo mismo harán mis colegas. En cuatro días, los maestros y maestras de este país estableceremos nuevas relaciones emocionales con los escolares, de una calidad excelente, afectivas y humanas, exigentes y motivadoras. Los docentes promoveremos en los chicos la búsqueda del placer, como la recompensa tras el esforzado trabajo del pensamiento. Esta experiencia, a ambos lados de la frontera, puede definir el advenimiento de una nueva Europa. Sin olvidarnos de que vivimos inmersos en la sociedad de la información y la comunicación, es decir, que contamos con la intermediación de las máquinas. Utilizando enlaces de relación intercomunicada, formas de comprensión mediatizadas por las representaciones infográficas y multimedias, gestionando el conocimiento social de un modo responsable y colaborativo, a favor de la representación de la realidad virtual… ¡qué bonitos mundos, a ambos lados de la frontera!

¿Debo fiarme de ti, Nicolás? ¿Hablas en serio o fabulas? Tu encendida soflama por la recompensa de lo bien hecho, la sanción por la falta y el cultivo de la admiración por lo que está bien, me levanta sospechas. No puedo. En mi trabajo profesional no es así. Los funcionarios docentes, los maestros a quienes convocas a una revolución cultural, no se organizan siguiendo ese criterio. La Administración no espera de nosotros muchos más que una empresa de seguros de vida: con tal de que no ocurra ninguna desgracia, de que ningún niño muera; o que nadie se nos pierda en el tránsito de una sesión diaria escolar; con tal de que físicamente se pueda demostrar que estamos donde la función nos encomienda, es suficiente; es todo, es la excelencia y nada más se espera de nosotros. Más aún, si alguno osara proponer una prolongación de jornada o alguna medida hacia la excelencia; si algún equipo directivo imaginara una nueva forma de organizar el colegio, podría sufrir sanciones… Nicolás, te aseguro que la incompetencia de la administración para la gestión de los recursos humanos es casi total. Más. Los conocimientos en gestión de empresa y los criterios modernos de optimización de recursos están ausentes de la práctica de los cuadros intermedios y superiores. Se despilfarra gestión del conocimiento a espuertas. Este es el panorama, Nicolás.

También por la Francia se habla del respeto. Esta palabra tiene más peligro que los créditos hipotecarios. Pongamos el principio: respeto de todos para todos y por todas las razones. Yo lo veo así, Nicolás. Déjame que te lo cuente con un recurso literario, que parábolas y cuentos siempre han sido útiles para la instrucción. Estamos de acuerdo en que lo más importante para un libro no es tener hojas, sino tener ideas. No nos podemos conformar con un buen lomo, una excelente encuadernación. De igual modo, no merece la pena tener actores estúpidamente bien maquillados y puestos con el adecuado atrezzo, pero sin nada que decir, nada que comunicar o sentir. Al igual hemos de considerar con el respeto aprendido.

¿Qué tal si el respeto lo aprendemos de los padres de nuestra patria? ¿Qué tal si el respeto es el primer sentimiento que percibe el niño en el seno familiar? ¿Qué tal si el respeto es la admiración por los mayores? ¿Qué tal si el respeto no es una mercancía o una norma de regulación? Con código de sanciones habrá regulación de disciplinas, que no está mal, porque hemos de dictarnos un código. Pero, respeto… no. Es una dimensión que transciende la mecánica del código sancionador que nos atribuimos para regular el tráfico de nuestras carreteras. Respeto es un estilo de vida, es una seña de identidad de un pueblo o una cultura.

Para resolver el problema de la falta de respecto que campa en nuestra sociedad, tengo una solución definitiva. La empresa del Levante español que tiene la exclusiva en la fabricación de mobiliario escolar debe diseñar el modelo de pupitre respeto. Éste consistirá en una pieza modular compacta, dotada de tecnologías inalámbricas. Cuando el profesor entra en zona de cobertura de señal, el dispositivo del pupitre reaccionará accionándose. El apoyo asiento modificará su posición uno, reposo horizontal, por la posición dos, noventa grados vertical, sensiblemente incómoda y disciplinada, a la vez que se refuerza la acción con un contundente sonido agudo... ¡¡puigk!! Esta y otras máquinas serían introducidas por todo el tejido social. Una pequeña inversión para una gran empresa…

Qué envidia de la vieja escuela republicana de tu país, Nicolás: una escuela neutral ante las diferencias sociales, las creencias, las convicciones religiosas, filosóficas o políticas. De paso, yo me pido una de esas escuelas para mí, para mi reciclado personal. Un año sabático de escuela republicana…

Nicolás, no sé cómo te las arreglas… En tu carta has trazado el camino hacia la percepción de mi conciencia personal, nacional, europea y universal… Tienes un poderío extraordinario para la convicción y para la abstracción; yo, en cuanto hago abstracción de dos pasos, me muero en el intento. Sin embargo es un atrevimiento tu metáfora del crisol. La función de mi escuela en mi pueblo no es tal. Crisol será tu palacio presidencial, en mi escuela no da ni para la limpieza de las clases y pasillos.

Quisiera decírselo a mi presidente también. La situación que nos dibuja el informe de Pisa es suficientemente convincente. Yo le propongo un plan a José Luis. Los papás leen todos los días con sus hijos, antes de ir a la cama. Comentan el contenido de sus lecturas y educan los afectos. Los banqueros en sus casas, con sus pequeños, juegan a cerrar hipotecas, cálculos mentales sobre la estimación emocional de los afectos o la inspiración poética que resulte más oportuna, nunca sobre dinero. Igualmente conseguimos que los constructores y promotores de grandes pelotazos urbanísticos reconsideren su absurda opción por el embrutecido negocio, y así busquen promover la belleza y el amor por las cosas sencillas y elementales, la contemplación de la incomparable naturaleza…

Y qué hacemos con la escuela, en medio de una sociedad que desborda todos sus conocimientos, los que hasta hoy justificaban su existencia. La escuela sabe menos que la sociedad. Los papás saben menos cosas que sus hijos. El mundo está así. Sin embargo, los niños no saben que lo saben, porque lo tienen poco estructurado. Así que los papás, en realidad, son los que realmente saben lo que saben, aunque sea poca cosa. Todo esto por culpa de la globalización del saber. ¿Quién abrió la puerta a este descontrol? En cuanto hemos metido más de una idea en la escuela se nos ha preparado el cacao-maravillao. Es por culpa de no haber puesto freno a tanta red, tanto recurso multimedia y a tanta información… Volvamos a los libros bien encuadernados, con pocas imágenes y bien numerados, y abandonemos la lectura hipertextual que no nos lleva a ninguna parte… Este puede ser el plan dos.

Qué bonito sería un humanismo contemporáneo, como el que tú me pintas, Nicolas. Resucitemos a Erasmo o Luis Vives. El disfrute del placer del conocimiento y del pensamiento: en el interior de todos y en el seno de los grupos sociales, nada de buscar el dinero, el éxito, la fama o el negocio apresurado… Más a favor del empeño altruista y de la inteligencia creativa. Bueno, Nicolás… Para ello deberíamos empezar por los programas electorales de los partidos políticos y seguir con los candidatos y con los consejos de administración de los grandes bancos. ¿Por qué no los presidentes de los países? ¿Existen hombres y mujeres libres en los grupos políticos? ¿Está permitido el pensamiento, el análisis, el espíritu crítico e independiente? No. De ninguna manera. Las personas de condición humanista son un estorbo.

Me duele mucho que digas en tu carta que no puedes hacer nada sin la complicidad y colaboración de los maestros. Me suena a slogan desgastado. Si de verdad tu sentimiento es sincero, habremos de sentir tu sinceridad correspondida. Haz que tu sinceridad se corresponda con los hechos. De todas maneras, qué pena… Los maestros y maestras ya no podemos aceptar un mensaje emocional que provenga de los políticos, sin reservas. Con dolor de corazón, debemos rechazar todas vuestras promesas de amor y penitencia. Nuestro cuerpo, poco corporativo, por cierto, está alejado de los emocionados discursos de ustedes, los políticos. Nos huele el aliento a tiza y tenemos el fondo de ojo desinformado.

Quizá cuando me vaya a la cama, mi subconsciente, traidor él, al que todavía no controlo, haga que retome los encendidos párrafos de tu carta, tan potentes, imaginando una refundación de escuela de los valores, con profesionales que son atendidos en virtud de sus necesidades, con maestros que encuentran la consideración social y complicidad de las autoridades del país y el afecto de sus conciudadanos. En sueños, estaré con usted, Sr. Presidente, sintiéndome partícipe de esa gloriosa escuela que usted me envía por correo.

Atentamente, un maestro de primaria.

Jesús Mari Arce 2007