Aciete para las ruedas

Los dos carros metálicos que custodian los tablet pc del colegio están ya cansados de viajar por los pasillos. Los chavales no son nada cuidadosos con ellos y fuerzan las trazadas de las curvas, aceleran o giran a capricho; total, que los carros chirrían y se desequilibran las puertas y se raya el precioso tuneado azul que traían de origen.

Se han cansado las pantallas de tanta configuración ahorro de batería, éstas han perdido fuelle y no están ni para 45 minutos de trabajo. Los puertos USB se someten al rasca cruel de los pen drive de la peña. Los virus se lo montan total en medio de tanta puerta abierta y acceso sin restricciones.

Algún investigador sin presupuesto se anima a meter algún puntero por donde no debe. Total, que corre peligro el cuerpo único que todavía forma la estructura del tablet. Los lapiceros han pasado a la historia. La profe guarda alguno por valor sentimental, más que nada. También por no perder la posición de los dedos. Un ratito cada día con el puntero entre las manos ayuda mucho a la competencia digital... [ja!]

Y más cosas que os podía contar. Pero hoy tengo el tiempo analógico cargado de agujas que me punzan. Otro día entraré en detalles. Los hay simpáticos, no creas.

No todo es descripción de lo roto. Están los equipos bastante bien conservados. La verdad. El profesorado ha insistido mucho en el valor de los recursos con que trabajamos. Los chavales han sido responsables. Otra cosa es lo que el paso del tiempo se encarga de ejecutar a toda cosa que se mueve. Por ello es necesario que tengan en cuenta la prórroga de la jubilación voluntaria a los sesenta. De todas las cosas se pueden sacar conclusiones provechosas...

Nada. Tranquilidad, que no cunda el pánico. Me he traído el bote de aceite especial para bici y los carros se han puesto tan contentos. He de confesar que le he echado un poco más al carro que lleva el tablet pc 19. Es mi preferido. Con él he pasado muy buenos ratos, dándole a las keys. En fin, jamás carros tuvieron un aceite de tan buena calidad. No se lo voy a contar al mecánico que me cuida la bici. No lo entendería. Ah! Por cierto. También me he traído una camisa vieja, a cuadros blancos y verdes. Me ha sido muy útil.

Al final todo va a ser cuestión de fluidos, como en la vida misma. Las baterías también se están regalando. Necesitamos un trasvase.