Sesión del 14 de febrero de 2011
Analizamos la sesión del día anterior, 10 de febrero de 2011
La posibilidad de realizar proyectos didácticos ajustados a nuestro currículo escolar, con software propio del modelo PDI Hitachi que tenemos instalado en nuestras clases, que gestione aplicaciones interactivas, esa posibilidad es muy reducida. Esto es lo que hemos descubierto, después de “toquetearla un buen rato”. Todas nuestras valoraciones se realizan en el escenario de la clase. Nuestra prueba se somete a estos criterios: facilidad de uso, inmediatez de los contenidos de trabajo e interactividad.
Primera valoración. Pongámonos en situación. Tenemos la pizarra encendida y la utilizan alumnos y profesores para realizar rutinas de clase. Ejercicios que se resuelven. Notas que se escriben. Webs que se proyectan. Películas o presentaciones de proyectos y tareas… Sobre esas presentaciones el alumno o el profesor escribe con las herramientas de lápiz o de remarque. Es decir, tablero de proyección.
En esta situación de trabajo, la pizarra digital puede tener un buen comportamiento, siempre que el ordenador sea potente y no se duerma ante la petición de una actividad. No es el caso. El ordenador no mueve la pizarra. Y otra cosa. La resolución de la imagen que se proyecta es mala. El cañón no nos ofrece mejor resolución. Constantemente hay que alejarse y acercarse de la pizarra, para reconocer textos o menús de trabajo. Además, al realizar entradas de texto en la pizarra se producen trazos involuntarios e imprecisiones. Esto resulta muy inoportuno. Ralentiza tremendamente la escritura natural, bien lo hagamos con el dedo o con un puntero.
Estas limitaciones se corregirían con un ordenador potente y con un proyector digital de buena resolución que estuviera fijado sobre el muro, para no estar constantemente equilibrando la imagen.
A pesar de estos inconvenientes, en una situación didáctica como ésa, la pizarra digital puede ser una buena alternativa a la pizarra tradicional. Tiene muchas ventajas en su oferta de grafismos y de múltiples hojas de trabajo. Además de la posibilidad de guardar las sesiones.
Sin embargo, desde hace unos cuantos años, existen pizarras mucho mejor preparadas para el trabajo en el aula. Veamos...
Del 2006
Esta es del 2008
La Hitachi no viene instalada con un software que la haga interactiva, al modo de las pizarras que vemos en estos vídeos del pasado. Este modelo de pizarra no es ni comparable a esos otros. Nuestra pizarra es más parecida al modelo siguiente:
IES Pedro de Luna, Zaragoza. 2008
La verdad es que, si no asociamos la pizarra a aplicaciones que nos permitan tareas interactivas, todo queda muy limitado y próximo a la pizarra tradicional.
Existe, sin embargo, una alternativa al software preinstalado. Se trata de organizar de otro modo nuestra propuesta docente. Son las tareas de aula que propone la Escuela 20. Este modelo propone trabajos colaborativos o cooperativos, actividades de comunicación, edición de trabajos interactivos… De otro modo, a la pizarra digital le toca el papel de soporte de presentación o de tablero de trabajo. Pero es necesario disponer de un potente ordenador y un proyector digital de buena resolución.
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