Cajas, embalajes y envoltijos.

Es una caja de cartón, un prisma muy resistente. Te pueden llegar muchos prismas en un día cualquiera..., según el caprichoso azar de la logística. A nosotros hoy nos han llegado 38 prismas menores, 4 primas gordos, 4 primas medianos, 4 primas reducidos, 4 primas bastante grandes y un buen número de voluminosos prismas que, sin embargo, no han resultado ser tan pesados. Nos ha llegado un mundo de cajas de cartón. Se agradece el esfuerzo de los sufridos alumnos que se han pateado las escaleras, imagina, en el más puro estilo de transporte colonial. Tú suma bultos y estamos hablando de una plataforma logística.

Para atender estos casos, tenemos utillaje de operaciones. Sin tardar nada, bisturí y corte preciso. El primer prisma, en canal, sobre la mesa. El embalaje ha saltado y con él todos los envoltorios para el transporte. El quirófano está situado en la sala TIC, que suena a algo muy frío, metálico, aséptico...

Ya llevamos más intervenciones que el INSALUD en buena racha. Los organismos recibidos dentro de los prismas se han manifestado vitalmente átonos. Sin embargo, han reaccionado bien ante los estímulos eléctricos. Algún hígado ha fallado, los corazones van todos bien, de vasos hay satisfacción, de nervios también... Ante las pruebas se observan subidas de temperatura. Lo peor que llevamos es la dermoestética electrónica y la cardiotecnología tensionada.

El equipo médico y los recursos humanos ha resultado ser totalmente insuficientes. Una epidemia tecnológica como esta, que ha atacado a un gran número de individuos simultánea y temporalmente, ha puesto en evidencia la imprevisión y la improvisación de las autoridades sanitarias. No parece que se haya previsto esto. Faltan profesionales y recursos.

De momento valoramos positivamente la acción humanitaria. Se ha ofrecido un cobijo blindado y no ha faltado nunca alimentación eléctrica. A las necesidades de comunicación se ha respondido con la disposición de habitaciones compartidas, formando una red de comunicación. La protección está siendo garantizada con el anonimato más riguroso, ocultando las identidades bajo claves que respetan la propia intimidad.

En fin, hemos podido comprobar que el postoperatorio no va a ser fácil para estos cuerpos dependientes de la tecnología. Pasarán bastantes días antes de que puedan abandonar los cuidados que se ofrecen en la sala TIC ["intensivos"]. Se evalúa una estancia hospitalaria media-alta antes de que puedan resultar ser plenamente autónomos.

Confiamos en que las autoridades sabrán planificar, esta vez sí, la integración de estos seres tecnológicos en su medio, es decir, en las aulas. Nos referimos a la necesidad de ofrecerles una vida laboral digna, derechos y deberes de un mundo civilizado. Estos cuerpos tecnológicos, tan espléndidamente trabajados..., sería una pena verlos abandonados, sin rumbo y a merced de rutinas muy poco especializadas. Lo cierto es que esas máquinas tendrán que convivir con los chicos y chicas aragoneses... ¿Cómo era eso de... "la necesidad de contribuir a que nuestros alumnos realicen aprendizajes significativos"?

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